Hace unos días, al entrar en la cochera donde guardo el coche, me encontré con esta imagen curiosa que os muestro en la fotografía. El sol se colaba por unas rendijas que hay en la parte superior de la puerta de la cochera e impactaba violentamente sobre el capó del coche, que a su vez, proyectaba sobre la pared del fondo esta figura fantasmal.
Mi primera reacción fue de estupor: pensaba que algo no iba bien, que se estaba produciendo una situación extraña.
Sin embargo, una vez recuperado de la sorpresa inicial, disfruté en soledad del espectáculo propuesto y volví presuroso a casa a por la cámara de fotos. La imagen merecía la pena perpetuarla en una foto. Todo el mundo que la ha visto se ha quedado sorprendido y extrañado de este reflejo. Debe ser eso que llaman el "alma del motor".
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